yuyos malditos
escritores de la estepa
Gustavo Verussa
Temporada 1
La tablada es una puerta
Un vaso comunicante
Una conexión entre dos mundos
Como toda puerta sirve para entrar y salir
De un mundo arquetÃpico
Que nos tiene contenidos
La tablada es una puerta
Pero también es una bisagra
Que parte en dos el tiempo
De un lado queda el pasado
Del otro queda el futuro
En el medio un presente contÃnuo
La tablada puede ser una puerta
Giratoria
Donde los fantasmas quedan confinados
Y desaparecen en el limbo entre dos mundos
Sin volver sin irse sin quedarse
Sin saber cómo entrar o salir vivos
La tablada es una puerta
Que no debió ser franqueada
Un portón que selló un destino
Un acceso inútil e injustificado
Un portal de vuelta
A un infierno conocido.
a haroldo, paco y rodolfo
Basta de palabras ¡por Dios!
Que están ardiendo de dolor los corazones
Basta de frases descerrajadas a quemarropa
De monosÃlabos repicando en la oscuridad
De versos como bombas
Basta de palabras por favor
Que es tiempo de luto para las letras
No quiero diptongos kamikaze
Ni barricadas de poesÃas transhumantes
Tampoco endecasÃlabos disparados
Basta de palabras que haya tregua
Al menos respetemos el responso de la pluma
Y pidamos la exoneración de los discursos
La deportación de las alocuciones
Y la prohibición de los monólogos
Basta de palabras que estamos de duelo
Por todos los caÃdos de la poesÃa y el cuento
La novela la fábula la ficción y el testimonial
Y tenemos las manos llenas de versos
De estrofas y prosas que nos queman.
He pasado largas noches observando el cielo de la cordillera
el esplendor Ãgneo de las estrellas coronando el firmamento
he detenido la vista en las constelaciones
imaginando los distintos viajeros en el tiempo
antiguos marinos solitarios o guerreros grupales
desde épocas pretéritas guiándose por el mismo cielo
los siete cabritos, la nube de Magallanes
Berenice, la Brújula, el Lucero del alba y tantos otros
Pero a simple vista nada se compara
con el brillo de Betelgueuse en el hombro de Orión
ese rojizo esplendor que viaja a través de años luz
llega a mis pupilas como una caricia vivificante y nueva
como un legado de eternidad que dijera
Perdurarás por siempre más allá
de los tiempos y de las distancias.
La Tablada
Brillando como Betelgueuse
Basta de palabras
Temporada 2
Castillo de derrotas
PodrÃa argüir las dos o tres
razones tontas para un olvido
¡pero vamos! que no es descuido
todo este hastÃo me lo he sabido ganar
mirÃadas de momentos he tenido
para reivindicarme
y los dejé ir, o pasar, a sabiendas
emperrado en rencores necios
construyendo de a poco
un castillo de derrotas
sin embargo volveré sobre mis pasos
con el orgullo encajonado
y un perdón de abrazos
arrodillado en el desván oscuro
a implorar clemencia
ya sé, no digas nada, todo vuelve
el cielo en nubarrones me atestigua
la nada que rocé me llama
desde ese abismo insondable
que tuve el tupé de enfrentar
gritando insultos desde el borde
desafiando a la misma eternidad
en un absurdo frenesÃ
cuando creà que era yo el centro
de esta maldita confusión
por ello ten piedad de mÃ
de mi ignorancia y mi desidia
de la animosidad espuria
y de mis ansias.
Los aviones
En mi infancia los aviones escribÃan en el cielo
pero los únicos que mirábamos el cielo
éramos los niños
Los grandes no tenÃan ni tiempo ni ganas ni interés
por eso pienso que los publicistas apuntaban a nosotros
a nuestra fascinación
a nuestra exclusiva y excluyente atención
pero también habÃa otros aviones
que nos fumigaban en pleno Buenos Aires
y nosotros los veÃamos pasar
y nos quedábamos de cara al cielo
extasiados
esperando que la lluvia tóxica llegara a nuestro rostro
como unos años antes otros habrán esperado
sin quererlo
la llegada de las bombas a la plaza.
Otro poema de amor
Lacerante amor
que me acongojas
furtivo
abroquelado en mi entraña
como ese sueño que tautológicamente
se retrepa a mi hastÃo
y lo preña de estupor para mantenerme vivo
volveré mutado a tu lado
para averiguar si aún asà me reconoces
informe y esquivo
no seré la rutina ni aunque lo pidas
y cuando el lucero apuñale al alba
moriré con ella solo por un dÃa
seré el cenit en tu firmamento
inundaré de luz tu alcoba
o me transformaré en partÃcula
en un rincón oscuro
para espiar tu llanto
cuando te sientas sola
no haré ningún plan
porque los proyectos ahogan
no preveré ningún detalle
y cuando los acontecimientos
nos sobrepasen
me dejaré caer en el abismo
te daré el cielo cuando me lo pidas
pero me reservaré las nubes y los arcoÃris;
te daré los mares y todos los océanos
pero me quedaré con las islas;
te daré las galaxias y las constelaciones
pero guardaré para mà los agujeros negros;
cuando amanezca el sol al alba
será todo tuyo
aunque lo tenga que ir a buscar al cenit
pero retendré para mà el lucero;
te daré todo el amor
a cambio de la nostalgia;
y será tuyo todo el otoño y mÃa la hojarasca;
te daré todas las rutas, las sendas y los senderos
si me permites quedarme con las huellas.
Noches de Coltrane
Recuerdo noches de John Coltrane
marihuana y vodka en una inmunda
pieza de soltero y soledad
allá lejos y hace tiempo
cuando la vida por venir era mucha
pero la esperanza escaseaba y el hastÃo
dominaba el panorama
Coltrane se metÃa en mis venas
como un sopor vivificante
prometiendo que todo se arreglarÃa
que el sol volverÃa algún dÃa
y la brisa del sur entrarÃa por la ventana
a despejar el humo de tabaco
Recuerdo noches de Coltrane y soledad
ganas de morir en un basural
leyendo a Bukowski y sin embargo
y a pesar de todo
terminar creyendo que habrá una luz
al final del túnel.
(sin tÃtulo)
VolverÃa el rubor sobre tu rostro?
VolverÃa?
A encender la tarde en un descuido
y ya la tarde no serÃa el dÃa
y yo aherrojado e hirsuto
y casi con malicia
cabalgarÃa tu vientre hacia otra vida
tratando de hurgar en tu fisonomÃa
buscando esencias y sustancias
y aún fragmentos
que denoten lo que fuimos
lo que ya no seremos
VolverÃa el rubor entonces?
VolverÃa?
serÃa una señal un augurio
un preámbulo un retorno ¿qué serÃa?
mientras que no fuera la desidia
que sea lo que sea
y no lo que dios quiera
que sea lo que yo quiera
lo que vos fueras
que sea como una vez primera
una nueva primavera
y no este otoño nostálgico
esta vieja madera
¿VolverÃa el rubor aquel?
¿De veras?